Aumenta la privación social y material de las familias
Pese a que se reduce levemente la desigualdad.
Leve reducción de la desigualdad, pero un preocupante aumento de las situaciones de privación social y material de las familias.
El pasado 25 de febrero de 2024 el INE publicó la Encuesta de Condiciones de Vida 2023. Los datos recogidos muestran los efectos de la crisis inflacionaria de 2022 y el impacto económico y social que tuvo y sigue teniendo para las familias, a las que lleva a situaciones de vulnerabilidad.
Se evidencia, por un lado, la presión que ejerce la vivienda sobre la economía familiar, especialmente a las familias con menores de edad, y por otro, las serias dificultades para afrontar gastos imprevistos, que muestra una tendencia ascendente y que evidencia la precariedad en la que vive instalada una parte de la población.
La ECV 2023 nos aporta aparentemente algunas buenas noticias como la leve reducción de la desigualdad o la tasa de pobreza, sin embargo, nos muestra un preocupante aumento de la tasa AROPE y de las situaciones de privación social y material de las familias, evidenciando que estos problemas son algo estructural en nuestro país.
La tasa AROPE aumenta en 2023 y se sitúa en el 26,5% de la población residente en España, superando la tasa del año anterior (26%) y situándose en un valor todavía superior al registrado antes del inicio de la pandemia (26,2% en 2019).
Por su parte, los indicadores de privación material y social severa, que reflejan la percepción que tienen las personas entrevistadas de sus condiciones de vida, evidencian los efectos de la crisis inflacionaria en las condiciones de vida de los hogares a través de situaciones de mayor carencia. Este indicador presenta un considerable aumento del 7,7% en 2022 al 9% en 2023.
Asimismo, se constata un cierto empeoramiento de los indicadores de privación material como: no poder permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días (5,5% a 6,7%); no poder permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada (17,7% a 21%) o no tener capacidad para afrontar gastos imprevistos (35,5% a 36,2%).
A pesar de que los ingresos totales han experimentado un aumento, la crisis de precios supone, para las familias con menos recursos, cambios importantes en las pautas de consumo, sobre todo las que tienen que ver con alimentación, el acceso a la vivienda y su climatización.
La presente edición de la ECV avala, por tanto, la tesis que ya defendíamos desde FOESSA en el Informe publicado en 2023 “Ingresos y gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida”, que se centraba en el papel crítico que los gastos están desempeñando en la determinación de las condiciones de vida de la población.
Es necesario seguir recuperando el empleo, un empleo estable y digno, pero mientras tanto necesitamos de una garantía de ingresos, protección a la familia y políticas de vivienda suficientes, porque, frente a las dificultades de carencia económica, material y social, las familias activan estrategias de afrontamiento que no son inocuas, todo lo contrario, generan un grave impacto y unas heridas difíciles de recuperar.